Los amantes de los comics añejos, -llámales silver Age, llámales energía- tendemos a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Que aquellas cotas de imaginación desbocada y delirio super heroico marcan el cénit de un género que, desde entonces, no ha hecho más que vivir de glorias pasadas.
Esto parece especialmente cierto en el caso de los villanos. Geoff Johns lleva años triunfando a base de coger un cutre-villano Silver Age, hacerle chapa y pintura y hala, a villanear por ahí como nuevo. ¿A esto nos veremos reducidos? ¿A recuperar villanos cada vez más oscuros y marginales? ¿A practicar la arqueología villanesca?
Pues no, amigos, por suerte, de tanto en tanto surge un cutrevillano moderno capaz de hacerle sombra incluso a nuestros adorados supervillanos de tercera fila. Como es el caso de... ¡el Hombre Mimbre!!
Esto parece especialmente cierto en el caso de los villanos. Geoff Johns lleva años triunfando a base de coger un cutre-villano Silver Age, hacerle chapa y pintura y hala, a villanear por ahí como nuevo. ¿A esto nos veremos reducidos? ¿A recuperar villanos cada vez más oscuros y marginales? ¿A practicar la arqueología villanesca?
Pues no, amigos, por suerte, de tanto en tanto surge un cutrevillano moderno capaz de hacerle sombra incluso a nuestros adorados supervillanos de tercera fila. Como es el caso de... ¡el Hombre Mimbre!!
Jeje, qué pringao, mira que acojonarse por una mierda de encendedor... je... ulp...
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