martes, 27 de octubre de 2009

5A Dos viejos amigos

- Lo tienes todo bien claro, ¿verdad?
- Sí, claro. Tú tranquilo que yo me encargo.
- Vale, vale... Pero escóndete pronto, que ya llega.

El joven se ocultó entre las sombras mientras su mentor permanecía en pie a la espera de su invitado.

- Buenas noches, viejo amigo – se escuchó la voz del recién llegado. Aquel que le esperaba se giró lentamente, encarándole, ondeando dramáticamente su capa negra.

La imponente forma del recién llegado surgió de entre la negrura, los ojos rojos escrutando su entorno.

- ¿Estás solo?
- ¡Sí! ¿Qué pasa? ¡¿Por qué nunca confías en mí?! ¡¡Deja de usar tus poderes telepáticos marcianos conmigo!!
- Eh, eh, tranquilo, Bruce... somos amigos.
- ¡Sí, claro, amigos!
- Bueno, eh, a ver qué pasa aquí... Calmemos esos nervios, ¿ok? Antes de empezar a tratar el tema, me prometiste algo.
- Sí, claro, es cierto.

Bruce saca un envoltorio de papel plateado de su cinturón y se lo arroja a John, quien lo atrapa al vuelo.

- Hmmm... ricas Oreos...

John, por su parte, se saca de no se sabe muy bien dónde, un enorme vaso de leche. Abriendo el paquete, comienza un ritual repetido durante generaciones.

- Destapas, lames, mojas, comes... destapas, lames, mojas, comes...
- ¡Joder, John! ¿Te estás escuchando? Y luego el que tiene fama soy yo.
- Fama y muy sucia la lengua desde que te cogió Frank Miller la última vez.
- Tú siempre tienes una salida para todo.
- ¿Es de eso de lo que querías hablar, Bruce?
- ¿Desde cuándo nos conocemos, John?
- Espero que sea una pregunta retórica. ¿Quién te crees que soy? ¿Calduch?
- Detective Comics, número 225, noviembre de 1955.
- ¡Oh, p****s! Ya me ha fastidiado la merienda.
- ¿Recuerdas cuando empezaste? Hacías noticias. Breves, con tu estilo. Pero entonces...
- Entonces no me comía un rosco... abrir, lamer, mojar, comer...
- Pero entonces, llegó él.
- ¿Él?
- Alf.
- Ah... Alf. Esa foca dio mucho que hablar, ¿no?
- Malditos alienígenas, siempre apoyándoos los unos en los otros.
- ¿De qué estás hablando, Bruce?
- ¿Que de qué hablo? Pues te diré que sé que lo tenías todo planeado. ¿Acaso piensas que no fue todo un plan orquestado para desacreditarme?
- ¿Para desacreditarte? ¡Pero si te desacreditas tú sólo! Desde el momento en que vas por ahí con un crío en bañador...
- ¡Pero es como mi hijo!
- Sí, ya, uuuh... Arréglalo.
- ¿Lo ves? No puedo hacer nada sin que dudéis de mi... bueno... de mi todo.
- ¿De tu heterosexualidad?
- ¡Sí, eso mismo!
- Pero si Bob Kane mismo dijo que...
- ¡También dijo que hizo todo el trabajo! Pero no hablamos de eso.
- No. Hablamos de las cachas de Robin.
- ¿De cuál de ellos? ¡He tenido cinc...! ¡Cuatro!
- ¿Cuatro?
- Sí... de momento. Y una era chica.
- ¿Estaba buena? ¡Por H'ronmeer , Bruce, seguro que era menor!
- ¡Eh, que yo no he dicho nada! ¡No saques nada de contex... ¿¡Pero qué digo!? ¡Eso es lo que siempre haces!
- Bueno, Bruce... tranqui... ¿Qué es lo que te pasa?
- Yo crecí sin padres, ¿sabías?
- ¡Pero...! ¿A qué viene eso? ¡Claro que lo sabía!
- Y claro, no es fácil crecer en esa enorme mansión sin padres y con un británico llamándote todo el tiempo “Amo Bruce”. ¡Demasiado bien he salido! ¿Por eso me atacas?
- ¿Que yo te...?
- ¿O es porque no tengo poderes? ¡Vamos, dímelo! ¿Es por eso?
- Pero yo no... No es nada personal y tú lo sabes...
- Bueno... Es verdad que no respetas a nadie...
- Claro que no, majo. Es sólo que contigo hay más... ¿Cómo lo diría yo...? Me lo ponen más fácil.
- Ya veo... Pero claro, podrías darle más caña a cualquier otro. Como a Clark. Diosss... qué asco me da... Tan bueno, tan perfecto, tan todo... Mira qué cuco lo ponen en la portada del All Star, sentadito en la nube... Sólo le faltan las alas, el harpa y un pan con Philadelphia.
- Ahora que lo dices...
- Además, en esa postura... Pareciera que estuviera plantando un pino kryptoniano. ¿Te imaginas eso? Kansas azotada por un meteorito de kryptonita marrón. ¡A ver cómo se le quedaba la cara a su legión de fans! Malditos alienígenas...
- Sería curioso... Anota, anota... Creo que tengo post para el jueves por la tarde. Bueno, pues, si ya hemos aclarado todo esto... Yo creo que me voy.
- Detente, J'onn. No creerías en serio que te he traído sólo para lloriquearte, ¿verdad?
- Emm... ¿no?

Bruce sonrió siniestramente. Por otro lado, era la mejor manera en la que Batman sonreía.

- No, mi viejo amigo. No. Te tengo preparado algo... ¡¡Pero qué haces!!
- El culito a la pared, Bruce, no me fío ni un pelo de ti.
- ¡¿Es que ni siquiera en un momento así puedes ser serio?!
- ¿Es que no has leído mi blog?
- ¡Escúchame, J'onn! Hay algo que debes saber...
- Miedo me das...
- J'onn... tengo que darte las gracias.
- ¡Está bien! ¡No volveré a ¿qué?
- Pues eso, Marciano. Darte las gracias por estos años dedicados a hacernos reír. Por cada vez que hemos conocido el lado oculto de nuestros personajes favoritos, por mostrarnos un mundo lleno de chochoas y p****s, por el Big Culo Day, por instituir (aún sin pretenderlo) la Guardia Habitual, por los gorilas del Salón del Cómic de 2008, por hacer que nos calentemos la cabeza en medio de la resaca del domingo con tus jeroglíficos, por hacernos partícipes de tu obra en tantas ocasiones y, en definitiva, por hacernos intentar gritar PRIME! doce veces a la semana. Y es que, amigo mío, el roce hace el cariño. Por eso y por todo lo demás... Por todos estos... ¿Cuántos años cumple el blog?

El Detective Marciano, con los ojos ligeramente llorosos y un leve temblor en la voz, apenas acertó a articular la respuesta.

- Cinco...

Una explosión de luz y color inundó el callejón. De las azoteas y las ventanas aparecieron todos sus compañeros de profesión, sin importad bando, editorial o realidad alternativa. Confeti, matasuegras y Robin apareciendo del interior de una tarta sorprendieron y entusiasmaron al Marciano mientras un enorme cartel aparecía iluminado sobre sus cabezas con un enigmático lema:


POR EL C*** TE LA JINCO!!!!


[Lograi, aka Bastinazo Lad, ya te pillaré solo]

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