jueves, 27 de febrero de 2014

Ricitos de oro REDUX

...y subieron al piso de arriba. Allí, Papá Oso vio que su cama estaba revuelta, y exclamó, enfurecido:

- ¡Alguien ha dormido en mi cama!

Entonces, Mamá Osa fue a mirar también su cama, (porque hacía unos años que Papá Oso y Mamá Osa dormían en camas separadas; más concretamente, desde aquella noche en que Papá Oso se presentó en la madriguera a las tantas de la mañana, apestando a miel y a pelandusca, asegurando que le habían perseguido unos supuestos cazadores que nadie más en la comarca parecía haber visto u oído, y en fin, porque tenemos un osito, que si no me volvía a casa de mi madre y al golfo este lo aguantaba su abuela, suele pensar mamá Osa... pero estoy divagando), y viendo que también las ropas estaban revueltas y las almohadas movidas, exclamó: 

- ¡Y también en la mía! ¡También ha dormido alguien en mi camita!

Y el bebé osezno, (que en realidad ya no era tan bebé, porque a pesar de su corta edad ya pasaba pastillas a sus colegas del bosque, que retiraba discretamente del agujero secreto donde Papá Oso guardaba el porno) miró su cama y dijo...




- ¡Eh, mirad, hay alguien durmiendo en mi camita!

3 comentarios:

  1. John Space8:55 a. m.

    ?Drogas? ?El Capi? Naaa...

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  2. Anda... Esa viñeta, claramente, fue inspirada taquiónicamente por ROB... Es más...

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  3. No, Capi, esa no es la osera que buscabas, aunque tuviera cuartos oscuros.

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Humor comiquero sofisticado e inteligente. Hacemos de la elegancia nuestra bandera. No encontrará usted nada mejor a este lado del rio ese de CHOCHOA.