martes, 19 de enero de 2016

Unforgettable

Seamos francos.

La cantidad de "primeras veces" que permanecen indelebles en nuestro recuerdo pase el tiempo que pase son menos, bastantes menos, de las que creemos.

El primer amor (platónico, claro). El primer beso. La primera caricia con intención.

Todo ello se disfruta en el momento, se atesora y, con el tiempo... se desdibuja. Se pierde el detalle. Se difumina y no permanece en nuestras mentes más que como una agradable pero inaprensible sensación asociada a un momento concreto de nuestras vidas.

Pero ah amigos.

El primer mofongo.




Cómo olvidar el primer mofongo.


[Superlayo de nuevo, amigos!]


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